jueves, 4 de febrero de 2010

Algunos poemas de Feria

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SANDÍA

A ver, circulen, sigan,
no hagan corro, no metan las narices,
que este asunto es privado.
Afile bien su borde, don cuchillo,
traiga anestesia, gota a gota, fórceps,
agua hervida, suero, alcohol, camilla,
y ahora proceda usted, que está fuera de cuenta.
Ah, que vísceras frescas de la oronda,
qué pulpa tan procaz, qué zumo tan bermejo,
diez mil pepitas brunas, dulzura del verano.
Feliz ha sido el parto: benedicto sea el fruto
que nació entre los hombres y es uno de los nuestros.

                                                  (de Casa Común)


MAR

A tu vera olvidé cuanto no fui;
de tu marea aprendo el sabio oficio.


LAURA

Dama diversa, apuestas a seguro:
la inacabable dimensión del juego.
Sospechas lo fugaz;
que una rosa no basta para los días tristes.


EL POEMA

Si después de leerlo sientes sed
es que el discurso es fértil;
léelo aún, y más: la sed engendra sed.
Qué error el del saciado;
no conoce la sed de la sed que no acaba.


ESPUMA

Espuma, repatríame
al territorio impune de la infancia,
enjalbega mi casa irrepetible,
derrámame en tu sesgo de nieve desgajada,
resurge en mi esqueleto si ha cometido error.


VIENTO

Te pasas por mi vida,
me convocas; acepto:
tampoco yo olvidé el amor.
Si nombrar es infidelidad
desígname con nombre transitorio:
sólo lo efímero
sabe el sentido hondo de las cosas.


                                                  (de Cuchillo casi flor)

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