Otro poema muy muy viejo...
Cuando se van los
invitados
Cuando se van los invitados
queda el tintinear inaudible
de vasos húmedos y vacíos
quedan pasos en los pasillos
huellas digitales, rastros de risas
ecos de última campanada
cuando se van los invitados
queda el abecedario
torcido y arrugado
queda el pecho descubierto, abierto y adolorido
quedan las piernas lacias
queda la boca callada
queda la tarde estirada
queda el abrazo partido
cuando se van los invitados
vuelven los hábitos intrusos
los muebles pesados como pensamientos
roen las malas yerbas de la alegría
quedan sólo las carcazas, queda poblada la casa
de animales desolados
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