domingo, 6 de abril de 2014

¿QUE ESCALA DE JACOB?



A mi padre, 23 de diciembre de 2002


La noche en que pisaron la luna por primera vez,
la imagen todavía en blanco y negro,
la escafandra blanca, el reflejo del sol en los lentes opacos,
la escalera que bajó, el polvo ingrávido que levantó la bota,
tan blanco y mágico,
en esa magia de las dos de la mañana, hora local, de aquí,
estabas conmigo.

Tomamos sopa a las cuatro de la mañana,
aún veo aquella sala, la mesa allá en el fondo,
el sofá grande, yo de once años sintiéndome adulta,
porque así me hablabas y tratabas.
Pisaron la luna: humana condición
por primera vez.

El día en que el examen de ciencias se hacía más largo,
yo sin saber el grado de las ecuaciones, que incógnitas había
que resolver, era Verano y el sol del lado izquierdo,
a la izquierda de la imagen dividida en tres frente a mi,
porfiando mi ignorancia,
en esa angustia menor de las tres de la tarde,
yo te sabía sentado detrás de mi, en el pupitre de atrás,
esperando, atacado de nervios y ternura.

Aprobé y aún veo tu sonrisa,
el polvo sin gravedad en la mirada, y yo de quince años
sintiéndome adulta, porque así lo aparentaba.
Una galaxia suelta por el cuerpo y el calor del sol
tan transparente.

El día en que mi cuerpo sufrió un dolor nuevo,
casi rasgado por la mitad, la luz del sol entrando
por la ventana antigua, los techos altos, blancos,
batas como escafandras,
en ese día tan largo en el que el sol caminó hasta el fin,
para al fin nacer, estuviste siempre ahí.

Todavía te veo apoyado en el umbral de esa puerta alta,
la voz de las escafandras tratando de sosegarte,
y tú sollozando bajito,
dividido entre el amor y la alegría.

La noche en que la luna te dejó,
en que dejaste de sentir su luz, el más trémulo toque,
todo lo que así nos hace: frágil, inmensa, humana condición,
en la noche de las escafandras y los fantasmas cenicientos,
yo no estaba contigo.

¿A que sabía la sopa que tomamos?
¿Qué escala de Jacob?


(Ana Luisa Amaral)






-.-.-


2 comentarios:

ana luisa amaral dijo...

Que bonito! Un fuerte abrazo, ana luisa amaral

Cristina Gálvez Martos dijo...

:D ¡Qué sorpresa! Es hermoso, hermoso. Gracias, Ana Luisa.