lunes, 20 de octubre de 2008

Lo relativo juega a Judas: sacrílego o sacrificado.
Se hace la risa llanto y las tragedias jocosas.
A veces deseamos tormentas que barran con todo; otras, preferimos el humus, las ramas podridas, la tierra fría, la vida en los restos, gusanos de humedad.
Diciendo la verdad mienten los oráculos. Tantas señales que no comprendemos. Cae el dolor entre los ojos cerrados, como un hacha ansiosa que había estado esperando el instante. Y luego, lluvia de mariposas muertas como flores de seda, como cáscaras secas.
El fango se afanga, borbotea, croa, se escaman los labios. Y hasta nos da gusto la muerte precisa; hasta saboreamos la sal de las lágrimas; nos asomamos a los espejos y tocamos su agua clara:
más allá de ellos las serpientes nadan y se muerden la cola

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